Napoleón, quien nació el 15 de agosto de 1769, gobernó Francia
desde el final del siglo XVIII y hasta los primeros años del XIX.
Conquistó gran parte de Europa, pero fue finalmente derrotado en la
batalla de Waterloo en 1815. Los británicos lo exiliaron entonces a
la isla de Santa Elena, en el sur del Océano Atlántico.
Antes de morir, el 5 de mayo de 1821, escribió unas memorias, el Memorial de Santa Elena,
en las que se describió a sí mismo tal como deseaba que le viese la
posteridad. Ésta aún no se ha puesto de acuerdo sobre su personalidad
mezcla singular del bronco espadón cuartelero, el estadista, el
visionario, el aventurero y el héroe de la antigüedad obsesionado por la
gloria.
Aunque se rumorea sobre su muerte si fue un asesinato o muerte natural:
análisis también refuta los rumores de un envenenamiento
progresivo con arsénico. (En 1961, se encontró un elevado nivel de
arsénico en cabello tomado de Napoleón, lo que inspiró rumores de
un envenenamiento con esta sustancia).
El análisis apunta a la hemorragia gastrointestinal como la más
probable causa inmediata de muerte.
Este análisis sugiere que, incluso si Napoleón hubiese escapado o
hubiera sido liberado de su confinamiento en la isla, su condición
terminal hubiera evitado que ejerciera un papel importante en la
historia posterior de Europa. Incluso hoy, con la disponibilidad de
sofisticados métodos de intervención quirúrgica y quimioterapia,
los pacientes con cáncer gástrico tan avanzado como el de Napoleón
tienen pocas esperanzas.
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